Dos
importantes trabajos relativos al tema de la cultura, la identidad y el
nacionalismo y de cómo la industria del tabaco y el cigarro logró hacer
fetiches de estas manifestaciones. El primer trabajo es de David Guss «The Festive State:
Race, Ethnicity, and Nationalism as Cultural Performance» (2001), libro traducido al castellano por
Yolanda Salas y quien a su vez es la autora del segundo ensayo titulado «En
nombre del Pueblo, nación, patrimonio, identidad y cigarro», ambos textos de
necesaria consulta a quienes quieran adentrarse en el estudio y comprensión de
las diversas formas que la modernidad puede utilizar para apropiarse de
elementos simbólicos de los pueblos, de las formas como logra hacerla parte de
la industria al ocultar detrás los valores que la sustentan, las más inusitadas
maneras de comercio, de ganancia y capital.
El
trabajo de Salas publicado en 2004 formó del «Programa
Globalización, Cultura y Transformaciones Sociales» del Centro de
Investigaciones Postdoctorales de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
de la Universidad Central de Venezuela.
Ambas
investigaciones evidencian que tras la aparente
defensa de la cultura se esconde la promoción e incentivo del consumo masivo de
una gran industria, en este caso la del tabaco y el cigarro, y tienen por finalidad poner al descubierto el carácter destructivo de
diversas estrategias que las corporaciones multinacionales del tabaco han
utilizado para generar una imagen, aplacar y limpiar su conciencia basándose en
la utilización y manipulación de las manifestaciones de la cultura popular
tradicional.
La British American Tobacco (BAT), conocida en
Venezuela con el nombre de C.A. Cigarrera Bigott, a través de la fundación del
mismo nombre, ha construido una serie de imágenes y representaciones sobre la
cultura popular tradicional, sobre la identidad y el patrimonio venezolano, que
aunque toma elementos de éstas manifestaciones a su vez las deforma, condiciona
y fetichiza, es decir las enajena de su propia realidad, y las mercantiliza
ocultándose en supuestos valores tradicionales.
Las
empresas tabacaleras se han ubicado incluso por encima de los elementales
derechos de la salud, socavando y minimizado las acciones anti-tabáquicas a
nivel de los gobiernos por diversos medios a su disposición para impedir
demandas y evitar que se aprueben legislaciones restrictivas del tabaco o
colocando trabas y reduciendo las investigaciones que no favorecían a la
empresa tabaquera, y a la vez con campañas de desprestigio a las organizaciones
que gestionaban estas investigaciones, como la Organización Mundial de la Salud.
A
la par que se han convertido en promotoras y gestoras de manifestaciones culturales
de las cuales han tomado determinados elementos que han caracterizado e
impuesto desde la colonialidad del poder económico y de la colonialidad del
saber para hacer pensar a las grandes mayorías que es el único válido y
verdadero, aunque en esencia tienden a cortar o mancillar los puntos esenciales
de las manifestaciones, creando toda una estética que tergiversa las versiones
de los cultores populares, pero que una vez editadas y divulgada por la empresa
se hace sobre-entendido que «esa es la verdadeder y única posibilidad de
interpretación»
Por
supuesto, estos trabajos deben ser leídos y estudiados por cualquier persona
interesada en los estudios de la cultura, la historia o los procesos sociales,
porque constituye la forma elemental de penetrar la modernidad, imponiendo un
saber y unos valores partiendo de nuestras propias manifestaciones y elementos
simbólicos, que se tornan en dos grandes dimensiones una la que representa a nivel
de las comunidades y otra la que se mantiene a escala de las representaciones
del nacionalismo. Cada contexto social ha producido su adaptación en el sistema
simbólico, ya sea la consolidación de la economía petrolera y con ella del
sistema de la modernidad capitalista que rompe con la economía agropecuaria
tradicional o la migración interna hacia las urbes, casi despoblando la zona
rural.
Los
estados nacionales en América latina se han conformado de acuerdo a los patrones
eurocéntricos, por tanto están llenos de parámetros ideológicos que conforman
visiones desde la perspectiva que buscan mantener sometida a las mayorías,
aunque se manifiestan respecto a la cultura con diferente impacto en cada país.
Las multinacionales y empresas globales luchan por homogenizar a los
consumidores, mientras simultáneamente generan diversas formas de fetichismo
donde el capital trasnacional se oculta tras los nacionales y en operaciones tecnológicas,
así como del idioma, de los espectáculos y del trabajo mismo desde el sitio de
trabajo y del mismo estado nacional que hace concesiones que generan mayor ganancia.
De manera que las corporaciones vinculan las imágenes de sus productos a las
imágenes y símbolos de la nación de forma tal que su adquisición se constituye
en un «deber patriótico».
En
1981 la empresa Bigott inició el salto de fabricante de cigarrillos a productora
de la cultura popular venezolana, aunque insiste en que es una labor
desinteresada y auténtica, la realidad devela un resultado completamente
diferente. Aún recuerdo que mis compañeros del trabajo cultural por aquellos
años haciendo el lobby, o añorando hacerlo para obtener algún beneficio
económico de esta empresa. A través de ella se crearon nuevas formas de
selección, de promoción de eventos, de organización y de proyección de las
manifestaciones culturales, de manera que los talleres de Cultura Popular de la
Bigott asumieron una imagen que trascendía a las y los cultores mismos, los grandes
argumentos no era que fuero aprendidos de las o los maestros de tradición sino
que «así lo dieron el taller de la Bigott», reemplazando incluso los valores simbólicos
que las manifestaciones debían reguardar, lo cual convierte a esta empresa en
una fuerza que contamina la esencia de los valores de la cultura popular
tradicional.
Referencias
Guss, David. «A todo tren con
Venezuela», en: El estado festivo: Raza, Etnicidad y Nacionalismo, Caracas,
Ministerio de Cultura-Fundación de Etnomusicología y Folklore – FUNDEF,
Traducción Yolanda Salas, 2005, págs. 125-174.
Ver:
Salas.
Yolanda (2004) En nombre del pueblo. Nación, patrimonio, identidad y
cigarro. Colección Monografías. Nº l. Caracas: Programa Globalización.
Cultura y Transformaciones Sociales. CIPOST. FACES. Universidad Central de
Venezuela, 50 págs.
Ver:
(publicado inicialmente en https://www.nocreasnada.com/la-cultura-popular-como-fetiche-de-empresas-tabaqueras-en-venezuela/?usp_success=2&post_id=38250)
No hay comentarios:
Publicar un comentario